lunes, 26 de mayo de 2014

Rectificar es de sabios





Ya lo dice el refranero de nuestra cultura popular, “Errar es de humanos, rectificar es de sabios”.

Yo no me considero una “Sabia”, sé algo de la vida y, sobre todo, sé que me queda mucho por aprender. Desde que nacemos hasta que nos vamos tenemos que ir aprendiendo.






Con motivo del Día de la Madre, Yves Rocher lanzó una serie de promociones entre las que estaba un maletín – neceser metalizado. Yo soy cliente habitual, tiene cosas que me entusiasman y que uso habitualmente en mi “ritual de belleza”, vamos que me hace de Virgencita de Lourdes muchas veces. Publiqué un post con esas promociones para que os pudierais beneficiar también pero … no había manera de que se cargara en la cesta el dichoso maletín, daba errores una y otra vez. Lo intenté con mi cuenta, con la cuenta de Óscar y nada. Me mosqueé mucho y avisé del error que tenían a los que seguís el blog en Facebook y luego les mandé un e-mail quejándome del problema que había.

La mayor parte de las marcas no hubieran hecho nada, ya me pasó con Sephora con una miniatura de perfume, fui a recogerla y no conocían ni la promoción, les dije lo que pasaba y escurrieron el bulto como les dio la gana, así que me quedé con la cara de imbécil y la sensación de tomadura de pelo por parte de una cadena de perfumería importante, pertenecen al grupo de Louis Vuitton y Moet Chandon.

El otro día me llegó al móvil el aviso de que había un paquete para mí de Yves Rocher en Correos, no me imaginaba que podía ser, así que fui a recogerlo y me llevé la sorpresa del siglo. Me mandaban el neceser y un vale para escoger el producto que yo quisiera del Libro Verde, el catálogo de Yves Rocher, fuera cual fuera el precio del producto que yo eligiese … tenía los ojos como platos. Se disculpaban por el error técnico que tuvieron y que algunos de vosotros también experimentasteis, y me compensaban por las molestias causadas.

Me quito el sombrero ante ustedes, señoras y señores de Yves Rocher. Hay poca gente que reconozca un error y asuma que tiene consecuencias para otros, pero lo más difícil es que asuman que hay que compensar al cliente porque al fin y al cabo es el perjudicado.

Bueno, con esta sensación de que todavía queda gente que sabe hacer las cosas bien me despido.


Hasta el siguiente …

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